Lecciones de inversión

Deuda de empresa

Después de la deuda pública, el mercado de bonos corporativos es el segmento de mayor tamaño del universo de la renta fija mundial. Con la generosa selección de vencimientos, rendimientos y calidades crediticias disponible, invertir en deuda privada puede aportar a los inversores rendimientos superiores a los de la deuda pública y ventajas de diversificación.

¿Qué son los bonos corporativos?

Cuando las compañías desean expandirse o financiar nuevos proyectos empresariales, suelen recurrir al mercado de bonos corporativos para conseguir dinero en préstamo. Una compañía determina cuánto dinero desearía recibir en préstamo y, a continuación, emite una oferta de bonos por ese importe. Los inversores que compran un bono, de hecho, prestan dinero a la compañía con arreglo a las condiciones estipuladas en el folleto o la oferta del bono.

A diferencia de lo que sucede con la renta variable, ser propietario de bonos corporativos no confiere una participación en la empresa que ha emitido el bono. En su lugar, la compañía paga al inversor un tipo de interés durante un plazo de tiempo y devuelve el principal en la fecha de vencimiento establecida en el momento de la emisión del bono.

Si bien algunos bonos corporativos incorporan características de reembolso o amortización que pueden afectar a la fecha de vencimiento, la mayoría puede clasificarse, grosso modo, en las horquillas de vencimiento siguientes:

  • Bonos a corto plazo (con vencimientos de como máximo cinco años)
  • Bonos a medio plazo (con vencimientos entre cinco y doce años)
  • Obligaciones a largo plazo (con vencimientos superiores a doce años)

Además de por su vencimiento, los bonos corporativos se clasifican por su calidad crediticia. Las agencias de calificación crediticia, como Moody’s Investors Service y Standard & Poor’s, proporcionan análisis independientes de los emisores de deuda privada y puntúan a cada emisor en función de su solvencia. Los emisores de bonos corporativos con calificaciones crediticias más bajas suelen pagar tipos de interés más elevados por sus emisiones.

¿Cómo se califican los bonos corporativos?

La línea que divide al universo corporativo: grado de inversión y grado especulativo.

Los bonos de empresa se subdividen en dos grandes clasificaciones crediticias: los bonos con grado de inversión (o calificación investment grade) y los bonos con grado especulativo (o de alto rendimiento). Los bonos con grado especulativo están emitidos por empresas consideradas de inferior calidad crediticia que las empresas con calificaciones más altas, o con calificación investment grade. La categoría de grado de inversión (investment grade) se divide en cuatro subcategorías, mientras que la categoría con grado especulativo se divide en seis.

Tradicionalmente, los bonos con grado especulativo los emitían empresas de reciente creación, que operaban en un sector especialmente competitivo o volátil, o con fundamentales poco saneados. En la actualidad, también existen muchas empresas cuyas operaciones necesitan el nivel de apalancamiento asociado tradicionalmente a las compañías con grado especulativo. Aunque una calificación crediticia especulativa indica una mayor probabilidad de impago, estos bonos suelen compensar a los inversores por el mayor riesgo asumido en ellos mediante el pago de tipos de interés (o rendimientos) más elevados. Las calificaciones crediticias pueden revisarse a la baja si se produce un deterioro de la calidad crediticia del emisor, o al alza en caso de mejora de sus fundamentales.

Ángeles caídos, grandes promesas y divergencias de calificación

El término «ángel caído» describe una compañía con calificación investment grade que ha atravesado dificultades y, por consiguiente, ha sufrido una degradación de la calidad de su deuda hasta el grado especulativo. «Gran promesa» hace referencia a una empresa a la que una agencia de calificación ha mejorado su calificación crediticia por haberse producido una mejora en la calidad crediticia del emisor. Puesto que las calificaciones otorgadas por las agencias de calificación crediticia son subjetivas, a veces sus calificaciones no coinciden, lo que se denomina «divergencia de calificación». Los ángeles caídos, las grandes promesas y las divergencias de calificación pueden brindar a los inversores oportunidades de obtener un rendimiento adicional asumiendo un mayor riesgo derivado de la volatilidad potencial de sus calificaciones.

¿Cómo se valoran los bonos corporativos?

El precio de un bono corporativo depende de varios factores, entre los que se incluyen el vencimiento, la calificación crediticia de la empresa que emite el bono y el nivel general de los tipos de interés. El rendimiento de un bono corporativo fluctúa para reflejar cambios en el precio del bono provocados por oscilaciones en los tipos de interés y en la percepción que tiene el mercado de la calidad crediticia del emisor. La mayoría de los bonos corporativos suele presentar un riesgo de crédito y un rendimiento superiores a los de la deuda pública con vencimientos similares. Esta divergencia crea un diferencial de crédito entre los bonos corporativos y los bonos soberanos, por lo que el inversor en deuda privada obtiene un rendimiento adicional por asumir un riesgo mayor. El diferencial de crédito afecta al precio del bono y puede representarse gráficamente y medirse como la diferencia entre el rendimiento de un bono corporativo y una emisión de deuda pública en cada momento de vencimiento.

¿Por qué invertir en bonos corporativos?

Los bonos corporativos pueden ofrecer todo un abanico de ventajas potenciales, lo que incluye:

  • Diversificación: Las emisiones corporativas brindan la oportunidad de invertir en diversos sectores económicos. Dentro del amplio universo de los bonos corporativos, existen grandes divergencias en cuanto a riesgo y rendimiento. Los bonos corporativos pueden ampliar la diversificación de una cartera de renta variable, así como diversificar una cartera de deuda pública o de otros valores de renta fija.
  • Ingresos: La deuda privada tiene el potencial de ofrecer unos ingresos atractivos. La mayoría de los bonos corporativos realiza pagos semestrales en una fecha fija. Una excepción a esto son los bonos cupón cero, que no pagan intereses, sino que se venden con un gran descuento y luego se reembolsan por todo su valor nominal al vencimiento. Otra excepción son los bonos con tipo de interés flotante que presentan tipos de interés variables vinculados a un tipo de referencia del mercado monetario, como el LIBOR (iniciales de London Interbank Offered Rate, o tipo de interés de oferta en el mercado interbancario de Londres) o el tipo de los fondos federales. Suelen ofrecer rendimientos más bajos que los valores con tipo de interés fijo y un vencimiento equivalente, pero el valor de su principal está sujeto a menos fluctuaciones.
  • Rendimientos más elevados: A igual vencimiento, los bonos corporativos suelen proporcionar rendimientos más elevados que la deuda pública.
  • Liquidez: La deuda privada puede venderse en cualquier momento antes del vencimiento en un mercado de negociación secundario activo y de gran tamaño.

¿Cuáles son los riesgos?

Al igual que la deuda pública, los bonos corporativos están expuestos al riesgo de tipos de interés. Además, los bonos corporativos presentan un riesgo de crédito o de impago, a saber, el riesgo de que el prestatario no logre devolver el préstamo e incumpla su obligación. El nivel de riesgo de impago varía en función de la calidad crediticia subyacente del emisor.

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Opinion del comite de inversiones

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En un extracto de nuestro webcast secular reciente, el director de inversiones (CIO) del Grupo, Dan Ivascyn, explica que, a medida que los sectores de mayor riesgo se ajustan lentamente a una coyuntura crediticia de mayor tensión, los bonos de alta calidad pueden ofrecer rendimientos de partida similares a las rentabilidades de los títulos de renta variable a largo plazo con una volatilidad potencialmente menor. Si desea más información sobre nuestras perspectivas económicas a largo plazo, visite: pimco.com/secular.

Avisos Legales

Las rentabilidades pasadas no garantizan ni son un indicador fiable de las rentabilidades futuras.

La calidad crediticia de un título concreto o de un conjunto de títulos no garantiza la estabilidad ni la protección de la cartera en su conjunto. Las calificaciones crediticias de las emisiones/emisores individuales constituyen una indicación de la solvencia de dichas emisiones/emisores y, con carácter general, oscilan entre AAA, Aaa o AAA (las más altas) y D, C o D (las más bajas), según se trate de calificaciones de S&P, Moody’s o Fitch, respectivamente.

Acerca del riesgo: La inversión en los mercados de renta fija conlleva riesgos, entre los que se incluyen los riesgos de mercado, de tipos de interés, de emisor, de crédito, de inflación y de liquidez. El valor de la mayoría de los instrumentos y las estrategias de renta fija se ve afectado por las variaciones de los tipos de interés. Los instrumentos y las estrategias de renta fija de duración más elevada tienden a ser más sensibles y volátiles que los valores con duraciones más cortas; el precio de los bonos baja, por lo general, cuando los tipos de interés suben, y el entorno actual de tipos de interés bajos incrementa este riesgo. La actual menor capacidad de las contrapartes de los bonos para satisfacer sus compromisos podría contribuir a reducir la liquidez del mercado e incrementar la volatilidad de los precios. En el momento del reembolso, las inversiones en renta fija pueden tener un valor superior o inferior a su coste inicial. Los valores de deuda corporativa están sujetos al riesgo de que el emisor sea incapaz de cumplir los pagos del principal y los intereses de la obligación, y también pueden estar sujetos a la volatilidad de precios derivada de factores como la sensibilidad a los tipos de interés, la percepción que el mercado tenga de la solvencia del emisor y la liquidez del mercado en general. Algunos valores de deuda pública de Estados Unidos están respaldados por la credibilidad del gobierno. Las obligaciones emitidas por agencias y organismos de la Administración de Estados Unidos cuentan con distintos grados de apoyo, pero en general no están respaldadas por el crédito y la solvencia plenos del Gobierno federal estadounidense. Las carteras que invierten en tales valores no están garantizadas y su valor podrá fluctuar. Los préstamos a tipo variable no cotizan en ningún mercado y están sujetos a significativos riesgos de crédito, valoración y liquidez. El valor de las acciones puede descender debido a las condiciones, tanto reales como supuestas, del mercado general, la economía y los diferentes sectores. La diversificación no garantiza la protección frente a una posible pérdida.

No existe garantía de que estas estrategias de inversión funcionen bien en todo tipo de condiciones de mercado ni de que resulten adecuadas para todos los inversores, y cada inversor debe evaluar su capacidad para invertir a largo plazo, especialmente durante periodos bajistas del mercado.

No es posible invertir directamente en un índice no gestionado.

Este material se distribuye exclusivamente con fines informativos, y no debe considerarse como asesoramiento de inversión ni como una recomendación respecto a ningún valor, estrategia o producto de inversión. Se recomienda a los inversores que consulten a su profesional de inversión antes de tomar cualquier decisión de inversión. La información incluida en el presente documento se ha obtenido de fuentes que se estiman fidedignas, aunque ello no puede garantizarse.